lunes, 18 de marzo de 2013
Soneto de la Separación (Vinicius de Moraes)
De repente la risa se hizo llanto,
silencioso y blanco como la bruma;
de las bocas unidas se hizo espuma,
y de las manos dadas se hizo espanto.
De repente la calma se hizo viento
que de los ojos apagó la última llama,
y de la pasión se hizo el presentimiento
y del momento inmóvil se hizo el drama.
De repente, no más que de repente,
se volvió triste lo que fuera amante,
y solitario lo que fuera contento.
El amigo próximo se hizo distante,
la vida se volvió una aventura errante.
De repente, no más que de repente.